La rama de la AISP sobre las minas ha centrado sus esfuerzos en los siguientes asuntos humanitarios:
- Las minas terrestres
- Las municiones de Racimo
- Las minas distintas a las minas antipersonal (MAMAP)
- Los restos explosivos de guerra (REG)
- Otras armas prohibidas por el Derecho Internacional Humanitario (DIH)
Los Restos Explosivos de Guerra, incluidas las minas distintas a las minas antipersonal y las municiones de racimo, están creando situaciones humanitarias catastróficas, las cuales deben terminar de manera urgente.
Existen tres posiciones principales en torno al tema de los Restos Explosivos de Guerra:
- Un grupo de países (dentro de los cuales se encuentran Suiza, Suecia, Dinamarca, Nueva Zelanda y Noruega) considera que es hora de ir más allá, particularmente en el tema de las municiones en racimo. Estos consideran igualmente que el Protocolo V sigue siendo insuficiente para respetar el Derecho Internacional Humanitario con respecto a las consecuencias de este tipo de armamento.
- Otro grupo ( la gran mayoría y especialmente Francia) considera que el protocolo V es suficiente, siempre y cuando se tomen una serie de medidas – Técnicas y otras- para abordar las consecuencias humanitarias que traen consigo este tipo de armamento (en particular las municiones de racimo).
- Un tercer grupo de países (incluidos Estados Unidos, India, Pakistán, y la federación Rusa, quienes se oponen al protocolo V) no quieren que ninguna otra medida adicional sea tomada en la materia.
En noviembre de 2006 la AISP asistió a las reuniones de preparación de la Conferencia de los estados partes. Estas reuniones son fundamentales para la evolución del Derecho Internacional Humanitario con respecto a los Restos Explosivos de Guerra (REG), en particular, las municiones de Racimo, pero también, las Minas diferentes de las Minas Antipersonal (MDMA).
La AISP se reunió con varios representantes estatales y les expresó su deseo de una pronta ratificación del protocolo V para que este entre en vigor como una norma internacional humanitaria obligatoria.
Evidentemente, la opinión de la AISP es que se deben tomar medidas adicionales para garantizar que el protocolo V esté en toda conformidad con el Derecho Internacional Humanitario.
En lo que respecta las discusiones sobre las Minas Distintas a las Minas Antipersonal (MDMA), parece que las declaraciones se limitan esencialmente a la cuestión de la posibilidad de detectar este tipo de artefacto y al tiempo que duran estos artefactos explosivos y al hecho de que no se deberían esperar cambios importantes a corto plazo.
Participación en un ejercicio de entrenamiento del ejército francés « Raid commando » el 26 y 27 de enero de 2006.
La AISP informó a los participantes de este evento (y especialmente a los equipos médicos) sobre las consecuencias medícales, psicológicas, y socio-económicas que pueden dejar las minas, las municiones de racimo y otros restos explosivos de guerra, así que sobre su status dentro de las normas internacionales. Por ejemplo, la AISP les informó a todas las unidades sobre las obligaciones relativas a cada tipo de armamento, incluidas las derivadas del derecho internacional consuetudinario y los tratados y convenciones internacionales tales como la Convención de Ottawa y los Protocolos II y V de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales.
En esta ocasión, la AISP insistió a las Unidades Médicas sobre las consecuencias que pueden traer las minas, las municiones de Racimo y otros restos explosivos, tales como algún tipo de lesión o discapacidad así como algunas consecuencias sociales.
Igualmente, la AISP hizo un llamado al ejército francés para que apoye todos los esfuerzos realizados para adaptar el Derecho Internacional Humanitario para que este responda de manera efectiva a las consecuencias de estas armas y, en particular que apoye la ratificación urgente del protocolo V. A nivel nacional, la AISP pidió al ejército francés, apoyar la suspensión y prohibición del uso de las municiones en Racimo.
Participación a los esfuerzos de la Coalición de las bombas de racimo para sensibilizar a los diputados de varios países a favor de la promulgación de leyes nacionales sobre las Municiones de Racimo, particularmente en Bélgica y en Austria (desde enero de 2006 hasta ahora).
Estos esfuerzos de sensibilización llevados por distintas ONG que conforman la Coalición de las Bombas de Racimo han dado sus frutos, ya que Bélgica se ha convertido recientemente en el primer país del mundo en prohibir las municiones en racimo. Esperamos que Austria siga su ejemplo pronto.
En enero de 2006, la AISP se convirtió en un miembro activo de la Coalición de Municiones en Racimo (Cluster Munitions Coalition).
La Coalición de Municiones en Racimo es una red de organizaciones de la sociedad civil y especialmente de ONG que comparten el objetivo de disminuir los accidentes con las municiones de racimo. A través de sus actividades en las zonas de conflicto, ayudando a los sobrevivientes e investigando las violaciones de derechos humanos y del derecho internacional, los miembros de la CMC (por sus siglas en ingles), aprendieron sobre el horrendo impacto que dejan las municiones de racimo en las poblaciones civiles.
Los miembros de la CMC se encuentran trabajando juntos en una campaña internacional que hace un llamado a todos los gobiernos para que dejen de utilizar las municiones en racimo y trabajen en la adopción de nuevas reglas internacionales para eliminar las consecuencias de estas armas atroces. Ante todo, los miembros de la CMC luchan por la protección de los civiles durante los conflictos armados.
Participación en la Cumbre de Nairobi por un Mundo sin minas:
La Cumbre de Nairobi por un Mundo sin Minas se celebró el 29 de noviembre de 2004. Durante esta cumbre, los líderes de todos los Estados partes, examinaron los cinco primeros años de las aplicación de la Convención de Ottawa sobre la prohibición de las minas antipersonal (1997). La AISP participó activamente en esta cumbre y, como ONG con estatus consultativo ante el Consejo Económico y salical de la ONU, pudo hacer une reflexión sobre el estado de los desminadores involucrados en las operaciones de mantenimiento de la paz.